Venezuela en la encrucijada

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Hace ya diez años que Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales venezolanas y comenzó el proceso que se ha venido a denominar como "Revolución Bolivariana", la cuál se extiende ya por otros muchos países latinoamericanos de toda Suramérica, cuyo denominador comun actual es su matriz ideológica: "el socialismo del Siglo XXI".

Desde entonces, en Venezuela se han ido produciendo un conjunto de procesos de cambios, invirtiendo la dinámica anterior en la que el neoliberalismo era hegemónico en toda Latinoamérica y ha devuelto la esperanza a millones de personas, que hoy en día albergan en sus corazones la llama de la esperanza de un mundo nuevo y diferente, un mundo en el que el capitalismo pueda ser superado y transformado, y en su lugar seamos capaces de crear un sistema socialista que funcione y sea una alternativa al sistema económico actual.

Sin embargo, el carácter socialista de la Revolución Bolivariana no vino con la victoria en 1999 en las elecciones. Quizás quien mejor lo explicar al respecto es Armiche Padrón, secretario del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en Sucre:

Primero, la revolución bolivariana no ha sido una revolución socialista desde que se inició. Se plantea como una revolución nacionalista con conceptos básicos de rescate de lo nacional y democracia participativa. Se avanza y se generan cambios, empieza a articularse una política social de inclusión fundamental con misiones y esa profundización generó adversidades y antagonismos. Llega el 2004 y el Presidente Chávez da en su discurso el carácter antiimperialista de la revolución bolivariana y el carácter socialista se viene a plantear con la última elección presidencial. La construcción del socialismo no es del año 1998, la idea se plantea en 2006 por tanto, ni siquiera se ha comenzado a transitar el camino de la construcción del socialismo. Falta apertura al debate ideológico para definir elementos que apuntalen el socialismo y que es simplemente elevar la calidad de vida del pueblo venezolano.


Lo que no se puede negar hoy en día, pese a todo, son los éxitos alcanzados. Tampoco me voy a extender en todos ellos y hacer una recopilación. Valga como ejemplo algunos de esos éxitos, como los que hace unos meses recogíamos en esta otra entrada sobre Venezuela, u otros como pudieran ser: la reducción de la pobreza extrema, la mejora en la calidad media de vida de los venezolanos, etc, etc..., todo ello además soportando una ofensiva de mentiras, ataques y manipulaciones desde la prensa occidental.

Pese a los errores que, por supuesto, los hay en Venezuela, podemos decir que si hiciéramos un balance entre éxitos y fracasos, el balance sería positivo para el pueblo venezolano.

Pero en estos últimos tiempos es cierto que empiezan a llegar una serie de vientos y noticias preocupantes desde Venezuela. Especialmente las referidas a los abusos de una casta burócrata de funcionarios del Estado venezolano, sobretodo de cuadros intermedios, aunque con raíces también en los cargos superiores que son los que en el fondo permiten hacer y no dan un golpe de mano. Estas personas, gracias a la abundancia de divisas que entran en el país gracias a la exportación de petróleo, meten mano como quieren y se está generando un cierto corporativismo y amiguismo, lo que ha generado la consolidación de un grupo de personas que ahora se viene a llamar la "boliburguesía".

Ciertamente se ha generado una recomposición dentro de la burguesía nacional, igual que en la época de Carlos Andrés Pérez surgieron los doce apóstoles. En Venezuela, esta revolución, por la forma que tiene de llevarse y por las características naturales en las cuales ha crecido, ha permitido el surgimiento de nuevos sectores económicos muy vinculados al Psuv, organización que nace como partido del gobierno. No hubo una transferencia del MVR, pienso que el MVR tenía mucha más solidez ideológica que el Psuv. El Psuv abrió mucho más las compuertas, que no es pecaminoso, pero uno de los riesgos que se corre es ese. Sin duda, hay una boliburguesía, un nuevo sector económico que cobijándose en el manto del gobierno venezolano se ha fortalecido económicamente y no estamos dispuestos a permitir que esas personas se erijan ahora como vanguardia política de la revolución. Ahí está el PCV, para enfrentar a esos sectores de la boliburguesía que expresan esa derecha endógena que trabaja para el chavismo sin Chávez.


Y al respecto, lo que señala Armiche Padrón, de quien también es el fragmento que acabo de citar, hay algo que me parece bastante importante destacar, y es sobre el funcionamiento del PSUV, un partido con más afiliados que votantes, un partido que apenas hace vida interna salvo en sus órganos ejecutivos de dirección y en tiempos de campaña, cuando organiza los batallones electorales, un partido en el que en sus elecciones internas Chávez metió mano para cambiar a unos pocos de los candidatos ganadores, ... enfin, un partido que no funciona como debiera, y que está formado no solo por quienes creen en la Revolución Bolivariana, sino los que quieren vivir a costa y gracias a la Revolución Bolivariana.

Pero no es tiempo de desilusionarse ni de renegar de la Revolución Bolivariana. Es momento de reflexionar, parase a evaluar los aciertos y los fallos que tiene actualmente Venezuela, y tomar conciencia de los fallos para poder corregirlos, para seguir avanzado profundizando en el Socialismo del Siglo XXI. Aunque obviamente no soy yo ni los occidentales los que tenemos que reflexionar. Son los propios venezolanos quienes han de parse a reflexionar, analizar y prepar una nueva vuelta de tuerca de la Revolución Bolivariana, empezando por el propio presidente.

Es el momento de un nuevo giro, es el momento de que la Revolución Bolivariana vuelva a tomar la iniciativa y deje descolocada a la oposición. Es el momento de vencer o morir.

3 comentarios:

Darío Dossoles dijo...

En todas partes hay aprovechados y es practicamente imposible evitar que los haya. Lo malo de cualquier regimen formado por personas es que esta destinado a corromperse.

Rhasputyn dijo...

Obviamente es un riesgo muy grande, pero no creo que sea algo intrínseco a cualquier gobierno.

Quiero creer que algun día seremos capaces de conseguir de una moral que impida reincidir una y otra vez en el mismo problema.

O al menos que sea de tan baja intensidad que sea soportable...

andres dijo...

Y de los propios funcionarios de la gama alta, malgastando los petrodólares en financiar a otros países o comprar armas, armas y armas.