Rompiendo tópicos: Adam Smith (Conclusión)

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Finalizamos con esta la mini serie de entradas de estos últimos días, que comenzó con una introducción del tema, y cuatro entradas en las que desarrollamos este nuevo enfoque en base a algunas citas a Adam Smith (1, 2, 3 y 4) con la que quería, gracias a un artículo genial de Eric Toussaint, dar una imagen atícipa del gurú del liberalismo económico: Adam Smith.

No era mi intención hacer una lectura "revisionista" de si figura ni de hacer proselitismo. No soy un liberal-económico, y pese a estas citas, en las que pudiere estar más o menos de acuerdo, no creo en Adam Smith ni en sus teorías. Yo ya tengo mis referentes ideológicos y mis posicionamiento políticos más o menos definidos.

Lo único que pretendía era desmontar algunas de las ideas que, apelando al liberalismo y a Adam Smith, tan extendidas se encuentran, y tan difíciles son de ser rebatidas, hasta el punto de que parece que nos tachan de lunáticos a quienes osamos contradecirles.

Y una de las principales ideas sobre Adam Smith de las que hablamos, a parte de en las que ya me he explayado en las diferentes entradas anteriores, es sobre su concepto de "la mano invisible del mercado", en cuyo nombre se justifica y casi ampara casi cualquier medida que se toma. Ahora bien, ¿sabían ustedes que en TODO su libro - la riqueza de las naciones - Adam Smith SÓLO utiliza la expresión TRES veces en las centenares de páginas que tiene su obra?

Eso quizás diga algo de lo importante de esa metáfora que para Adam Smith era, pero quizás hoy en día si con algo se asocia a Adam Smith es precisamente con esa expresión. ¿Y de todo lo anterior que hemos citado? Nadie dice ni mú.

Valga como ejemplo el que ya señala el anteriormente citado Eric Toussaint:


Es el caso, por ejemplo, de Alan Greenspan, quien en su biografía La era de las turbulencias, aparecida en 2007, dedica siete páginas elogiosas a Adam Smith, pero expurga de su pensamiento cualquier referencia al trabajo asalariado como creador del beneficio, a la teoría del valor trabajo y a la lucha de clases. (Alan Greenspan, La era de las turbulencias: aventuras de un nuevo mundo, Ediciones B, SA, Barclona, 2008.)


Es importante saber, para que no nos las cuelen dobladas, estos ejemplos de citas de Adam Smith, quien me temo que a veces ha sido instrumentalizado y manipuladas sus palabras para justificar todo aquello que a la élite económica le interesaba. Se han tomado aquellas que servían para justificar lo que existía o los cambios que se han querido hacer, y se han olvidado sepultadas bajo la losa del silencio las que no eran tan útiles en la jusitificación intelectual de sus medidas.

Rompiendo tópicos: Adam Smith y los salarios (4 de 4)

Con esta finalizamos la serie de cuatro entradas con citas comentadas de Adam Smith, aunque aún quede una posterior entrada como conclusión. La cita de hoy tiene como tema los salarios:


«Nuestros comerciantes se quejan con frecuencia de los altos salarios del trabajo británico como la causa de que sus manufacturas no se vendan tan baratas en los mercados foráneos, pero no dicen nada de los altos beneficios del capital. Se quejan de las generosas ganancias de otra gente, pero no dicen nada de las propias. No obstante, los altos beneficios del capital británico pueden contribuir a elevar el precio de las manufacturas británicas, tanto, y en algunos casos quizá más, que los altos salarios del trabajo.»



Si esto lo dijera un sindicalista por ejemplo hoy, mañana tendría una campaña en los medios acusándole de comunista como poco, y seguro que se llevaba una buena retahíla de difamaciones, descalificaciones, etc...

Por eso me ha encantado esta cita, porque el problema no solo es qué diga, sino cuándo. Esto lo dijo Adam Smith en el siglo XVII. No, no lo ha dicho un antisistema loco, joven, rebelde y violento (y cuantos otros tópicos se os puedan ocurrir), sino que fue el padre del liberalismo económico, y en pos de cuyo nombre justifican y amparan precisamente cualquier tipo de limitaciones a sus ganancias.

Y es que el verdadero problema del capitalismo (bueno, uno de ellos) es esto que ya bien supo describir Adam Smith: en virtud del beneficio de la empresa se suprime todo lo demás. Nada dirán cuando ellos tengan elevados beneficios, pero sí pondrán el grito en el cielo cuando ese beneficio se quiera reducir, bien por iniciativa del Estado, bien por fluctuaciones del mercado. Ya bien lo dejaba claro Smith con la cita de antesdeayer: a los burgueses se la suda muy mucho cuántos trabajadores contrate (y así de trabajo y de comer a más gente). Les da igual el bien comun de la sociedad. Lo único que les importa es su bolsillo, y cualquier intento de reducir sus beneficios lo tomarán no como algo a lo que tengan que renunciar por el bien comun, sino como el peor de los ataques, y en defensa de su bolsillo y sus beneficios son capaces de hacer cualquier cosa.

Esto me recuerda a una cita de Santiago Alba Rico que hice hace tiempo ya en otra entrada, y que como conclusión decía:

Hablamos de crisis capitalista cuando matar de hambre a 950 millones de personas, mantener en la pobreza a 4700 millones, condenar al desempleo o la precariedad al 80% del planeta, dejar sin agua al 45% de la población mundial y al 50% sin servicios sanitarios, derretir los polos, denegar auxilio a los niños y acabar con los árboles y los osos, ya no es suficientemente rentable para 1.000 empresas multinacionales y 2.500.000 de millonarios.



La cita de hoy es extracto de: Adam Smith, La Riqueza de las Naciones, (1776), Editorial Oikos-Tau, Barcelona, 1988, libro IV capítulo VII, p. 640

Rompiendo tópicos: Adam Smith y los intereses de la clase dominante (3 de 4)

Continuamos con una nueva entrega de "Rompiendo tópicos: Adam Smith". En esta ocasión, la cita vuelve a ser bastante larga:

«El único motivo que mueve al poseedor de cualquier capital a emplearlo en la agricultura, en la manufactura, o en alguna rama del comercio mayorista o detallista, es la consideración a su propio beneficio particular. Las diferentes cantidades de trabajo productivo que puede poner en movimiento y los diferentes valores que puede añadir al producto anual de la tierra y trabajo de la sociedad, según se emplee de una u otra forma, nunca entran en sus pensamientos


«Todo el producto anual de la tierra y el trabajo de cualquier país o, lo que viene a ser lo mismo, el precio conjunto de dicho producto anual, se divide de un modo natural, como ya se ha dicho, en tres partes: la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital, constituyendo, por tanto, la renta de tres clases de la sociedad: la que vive de la renta, la que vive de los salarios y la que vive de los beneficios. Estas son las tres grandes clases originarias y principales de toda sociedad civilizada, de cuyas rentas se deriva, en última instancia, la de cualquier otra clase. [...]»

Hablando de la clase de los rentistas, o sea, de los terratenientes, Adam Smith afirmaba: «Es la única de las tres clases, que percibe su renta sin que le cueste trabajo ni desvelos, sino que la percibe de una manera en cierto modo espontánea, independientemente de cualquier plan o proyecto propio para adquirirla. Esa indolencia, consecuencia natural de una situación tan cómoda y segura, no sólo convierte [a los miembros de esta clase] a menudo en ignorantes, si no en incapaces para la meditación necesaria para prever y comprender los efectos de cualquier reglamentación pública.

» El interés de la segunda clase, la que vive de los salarios, está tan vinculado con el interés general de la sociedad como el de la primera. [...] Sin embargo, aun cuando el interés del trabajador está íntimamente vinculado al de la sociedad, es incapaz de comprender ese interés o de relacionarlo con el propio. Su condición no le deja tiempo suficiente para recibir la información necesaria, y su educación y sus hábitos son tales que le incapacitan para opinar, aun en el caso de estar totalmente informado. Por ello, en las cuestiones públicas su opinión no se escucha ni considera, excepto en las ocasiones en que los patronos fomentan, apoyan o promueven sus reclamaciones, no por defender los intereses del trabajador, sino los suyos propios.

»La tercera clase la constituyen los patronos, o sea, los que viven de beneficios. El capital empleado con intención de obtener beneficios pone en movimiento la mayor parte del trabajo útil en cualquier sociedad. Los planes y proyectos de aquellos que emplean el capital regulan y dirigen las operaciones más importantes del trabajo, siendo el beneficio el fin perseguido con todos aquellos planes y proyectos.[...] Los intereses de los comerciantes que trafican en ciertos ramos del comercio o de las manufacturas siempre son distintos de los generales, y muchas veces totalmente opuestos. El interés del comerciante consiste siempre en ampliar el mercado y reducir la competencia. La ampliación del mercado suele coincidir con el interés público, pero la reducción de la competencia siempre está en contra de dicho interés, y sólo sirve para que los comerciantes, al elevar los beneficios por encima de su nivel natural, impongan, en beneficio propio, una contribución absurda sobre el resto de los ciudadanos. Cualquier propuesta de una nueva ley o reglamentación del comercio que provenga de esta clase deberá analizarse siempre con gran precaución, y nunca deberá adoptarse sino después de un largo y cuidadoso examen, efectuado no sólo con la atención más escrupulosa sino con total desconfianza, pues viene de una clase de gente cuyos intereses no suelen coincidir exactamente con los de la comunidad y que tienden a defraudarla y a oprimirla, como ha demostrado la experiencia en muchas ocasiones.»



No queriendo extenderme mucho, en esta cita podemos encontrar una idea fundamental, valga como de conclusión de la entrada de hoy: el interés de la élite económica que vive de los beneficios del capital, es decir, los propietarios de los medios de producción, es decir, la burguesía, es contrario al interés general de la sociedad.

Puede parecer algo que ya se supiera - ¿una entrada pa contarnos lo que ya sabemos? se pregunatará alguna/o - o que es evidente. Pero el kid de la cuestión no es qué dice, sino quien. De hecho, si os fijaís, lo importante de esta serie de entradas no es qué se dice sobre unos temas determinados, sino quien. ¿Quien? Adam Smith, padre teórico y alma espiritual emulada y citada constantemente por los gurús y acólitos del capitalismo y el liberalismo económico.

El hecho de que el propio Adam Smith en sus días ya dijera que no había que fiarse de la clase propietaria de los medios de producción, especialmente de comerciantes o manufacureros, da que pensar en unos tiempos en los que la opinión de la patronal se está citando todo el día - creo que todos/as habremos oído las fantochadas en favor del despido libre que pide la patronal -, palabras y opiniones que tienen tanta importancia y trascendencia en un contexto en el que el gobierno cumple como fiel servidor la palabra dicha por la patronal.

¡Y resulta que Adam Smith, el mismísimo, decía ya en sus días que a esta gente no había que creer lo que nos dijera sino tomar sus palabras con cautela y sospecha!

La cita es de Adam Smith, La Riqueza de las Naciones, (1776), Editorial Oikos-Tau, Barcelona, 1988, libro I, capítulo XI, pp. 324-326.

Rompiendo tópicos: Adam Smith y la lucha de clases (2 de 4)

Continuamos con la segunda entrega de esta pequeña serie de entradas bajo el nombre de "Rompiendo tópicos: Adam Smith".

En este caso la cita de Adam Smith tiene que ver con las clases sociales y la lucha de clases que conlleva la división clasista de la sociedad. La cita es un poco larga. Destaco en negrita las partes más interesantes:

«Los salarios corrientes del trabajo dependen del contrato establecido entre dos partes cuyos intereses no son, en modo alguno, idénticos. Los trabajadores desean obtener lo máximo posible, los patronos dar lo mínimo. Los primeros se unen para elevarlos, los segundos para rebajarlos.

»No es difícil, sin embargo, prever cuál de las partes vencerá en la disputa y forzará a la otra a aceptar sus condiciones. Los patronos, al ser menos en número, pueden unirse fácilmente; y además la ley lo autoriza, o al menos no lo prohíbe, mientras que prohíbe las uniones de los trabajadores. No tenemos leyes parlamentarias contra la asociación para rebajar los salarios; pero tenemos muchas contra las uniones tendentes a aumentarlos.

Además, en tales confrontaciones los patronos pueden resistir durante mucho más tiempo. Un terrateniente, un colono, un comerciante o un fabricante pueden, normalmente, vivir un año o dos con los capitales que ya han adquirido, y sin tener que emplear a ningún trabajador. En cambio, muchos trabajadores no podrían subsistir una semana, unos pocos podrían hacerlo durante un mes, y un número escaso de ellos podría vivir durante un año sin empleo[1]. A largo plazo, el trabajador es tan necesario para el patrono como éste lo es para él, pero la necesidad del patrono no es tan inmediata.

»Se suele decir que la unión de los patronos es muy rara y que la de los trabajadores es muy frecuente. Pero los que, de acuerdo con estos dichos, piensen que los patronos raramente se unen, son tan ignorantes de lo que pasa en el mundo como de este asunto. Los patronos están siempre y en todas partes en una especie de acuerdo tácito, pero constante y uniforme, para no elevar los salarios por encima de su nivel actual. La violación de dicho acuerdo es, en todas partes, impopular, y somete a quien así procede al reproche de sus vecinos e iguales. De hecho, oímos poco de estas uniones porque es lo normal, incluso se puede decir que es el estado natural de cosas de las que nunca se oye hablar. Los patronos constituyen, a veces, incluso uniones específicas para reducir los salarios por debajo de aquel nivel.

Estos acuerdos se llevan a cabo siempre con el más absoluto silencio y secreto hasta que se ejecutan, y nunca se hacen públicos cuando los trabajadores se someten, como a veces ocurre, sin resistencia. No obstante, estas uniones se encuentran a menudo frente a uniones defensivas de los trabajadores, quienes en ocasiones, sin existir siquiera una provocación de este tipo, se unen para elevar los salarios. Las razones que esgrimen estriban a veces en el alto precio de los bienes de subsistencia y, a veces, en los grandes beneficios que los patronos sacan de su trabajo. Ahora bien, sean sus uniones defensivas u ofensivas, se suele hablar mucho de ellas. Para precipitar una solución recurren siempre a grandes alborotos y a veces a la violencia y a los atropellos más sorprendentes. Están desesperados y proceden con el frenesí propio del hombre en ese estado, cuya alternativa es morirse de hambre o forzar a sus patronos a que, por miedo, cumplan sus exigencias[2]. En estas ocasiones los patronos reclamen tanto como ellos y exigen la ayuda de los magistrados civiles y el cumplimiento riguroso de las leyes establecidas con tanta severidad contra la asociación de sirvientes, trabajadores y jornaleros[3].»



De este fragmento extremos pues tres ideas a comentar, las cuáles he destacado la parte más significativa en negrita:

[1] Esta primera cita me parece muy significativa, y sobretodo, es una justificación a qué es lo que entendía Marx sobre la libertad, tema al que hace tiempo ya le dediqué un huequito en este blog. Exlicaba yo por aquél entonces:

[Segun el liberalismo] el individuo tiene la libertad de vender su fuerza de trabajo a quien quiera, negociando con la empresa las condiciones en las que pueda trabajar. Pero para Marx, el error de esta concepción de la libertad tiene que ver con la abstracción realizada, pues el sujeto pobre, es decir, que o trabajo o me muero de hambre, aunque nadie le obliga a trabajar, o acepta la oferta de la empresa o se muere de inanición. Por lo tanto, para Marx, el concepto de libertad liberal no es más que una coacción encubierta.


No creo que sea polémico sacar la conclusión de que Adam Smith lo que hace nuevamente es, aunque de forma implícita, volver a dar la razón a Marx.

[2] Pero Adam Smith en su desarrollo teórico no solo da la razón a Marx negando la falsa teoría de la libre elección de la subasta de cada individuo como fuerza de trabajo pregonada por los acólitos neoliberales, sino que además reconoce y justifica las movilizaciones de las trabajadoras, básicamente porque, como bien dice Adam Smith, "[su] alternativa es morirse de hambre".

Hoy en día...¿quien se pudiera imaginar que ya Adam Smith en su día hiciera una defensa y una justificación de la necesidad y legitimidad de existencia de los sindicatos?

[3] Y como tercer aspecto a comentar del texto, debemos señalar este nuevo reconocimiento implícito de Adam Smith de qué rol juega el Derecho y el Estado en el sistema capitalista: no es más que el monopolio de la violencia ejercido por parte del Estado hacia la clase trabajadora al servicio de los intereses de la oligarquía burguesa y capitalista.


¿Alguien se imaginaba un Adam Smith que reconociera la existencia de la lucha de clases, la falsa teoría liberal de la libertad en el mercado laboral, justificara la existencia y razón de ser de los sindicatos y de las luchas obreras y encima reconociera el papel que el Estado y el Derecho juegan como herramientas de opresión de la clase trabajadora?

Seguiremos desmontando tópicos en la siguiente entrega: Adam Smith y los intereses de la clase dominante

El extracto es de: Adam Smith, La Riqueza de las Naciones, (1776), Editorial Oikos-Tau, Barcelona, 1988, libro I capítulo VIII, pp. 149, 150.

Rompiendo tópicos: Adam Smith y la plusvalía (1 de 4)

Iniciamos pues esta serie de entradas para romper algunos tópicos que parecen ser verdaderos axiomas incuestionables, a raíz de las citas que ha tenido a bien recopilar el doctor en Ciencias Políticas, Eric Toussaint, con los que luego se intenta refutar a Marx. También citaremos algunos fragmentos que cuesta, de forma a priorística, que se le pudieran atribuir a Adam Smith, si acaso por todo la propaganda o la imagen que ha sido creada de Adam Smith por los ideólogos y gurús del sistema actual.

«Por lo general, el trabajador de la manufactura añade, al valor de los materiales sobre los que trabaja, el de su propio mantenimiento y el beneficio de su patrono.
[…]
Aunque el patrono adelante los salarios a los trabajadores, en realidad éstos no le cuestan nada, ya que el valor de tales salarios se repone junto con el beneficio en el mayor valor del objeto trabajado.»


Con esta cita Adam Smith lo que está haciendo es reconocer que solo es la trabajadora* quien añade valor a los bienes que son producidos, negando al patrono ningún tipo de papel activo en lo que a la adición de valor a un bien producido se refiere. Por lo tanto, y como reconoce que existe un beneficio que va pa'l patrono, implícitamente lo que hace es darle la razón a Marx cuando, años más tarde, expuso su teoría sobre la existencia de la plusvalía.

Lo que le falta a Adam Smith en este caso no es más que simplemente añadir la consecuencia lógica que años más tarde si fue Marx quien la destacó: como todo valor que se añade no es a causa del papel del patrono, pero sí del trabajador, es a éste a quien le corresponde y no al patrono, por lo que este lo que hace es adueñarse ilegítimamente de ese beneficio creado por la trabajadora.



*Permítanme que a lo largo de las entradas vaya cambiando indistintamente el género usado, tanto masculino como femenino, alternándolo de forma aleatoria.


Ambas citas extraídas de: Adam Smith, La Riqueza  de las Naciones, (1776), Editorial Oikos-Tau, Barcelona, 1988, Libro II cap.III, pág. 387.

Rompiendo tópicos: Adam Smith (Intro)

Adam Smith, el que es considerado por muchos, junto a Ricardo - aunque este suele ser un poco más ignorado - como padres del capitalismo y del liberalismo actual, de cuyas teorías ha nacido, se ha desarrollado y ha tomado forma el capitalismo actual, sistema predominante y hegemónico de nuestra actualidad.

A través de la página web de Attac me encontré con este texto de Eric Toussaint(*) que originariamente había sido publicado en Rebelión, en el que sobretodo se recogen un par de citas de Adam Smith muy jugosas, que me gustaría comentar. Como los textos son largos y hacen referencias a varios temas, he decidido que las comentaré en varias entradas que iré colgando a lo largo de la semana, haciendo entradas no muy largas, para no cansar y sean de fácil lectura.

Dividiremos las entradas en cuatro y haremos una última a modo de conclusión y valoración global:

1. Rompiendo tópicos: Adam Smith y la plusvalía (1de4)
2. Rompiendo tópicos: Adam Smith y la lucha de clases (2de4)
3. Rompiendo tópicos: Adam Smith y los intereses de la clase dominante (3de4)
4. Rompiendo tópicos: Adam Smith y los salarios (4de4)
5. Rompiendo tópicos: Adam Smith (Conclusión)



(*) Eric Toussaint, doctor en ciencias políticas, es presidente del CADTM Bélgica (Comité para la anulación de la deuda del tercer mundo, www.cadtm.org ). Es coautor con Damien Millet del libro 60 preguntas 60 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco Mundial, Icaria/Intermón, Barcelona, próxima edición.

Nueva manipulación en El Pais (sobre Venezuela, cómo no....)

Hoy publicaba un artículo de opinión El Pais equiparando a Venezuela con Irán que me ha indignado tanto que he decidido enviar una carta al director al País...no se si la publicarán. Yo la he intentado ceñir al límite de 15 líneas para que no me la recorten ni cambien, o si lo hagan, sea lo menos posible.

Esto ha sido lo que les he enviado:

Indignado me hallo tras haber leído el artículo de opinión de Moisés Naím publicado el día 21 titulado “Irán con ojos venezolanos”. Sin entrar a valorar lo que está sucediendo en Irán, porque no es menester de esta carta, me produce auténtico pavor la frivolidad con la que el autor establece una equiparación entre Venezuela e Irán. Siento indignación cuando, sin sentir remordimiento alguno, se puede decir que “los violentos están en el gobierno, no en la oposición”. ¿Quien dio un golpe de estado en 2002? ¿No fue la oposición venezolana? ¿Un golpe de estado no es violencia? Me indigna que se intente tergiversar y que uno se olvide de aquello que no le gusta pero se acuerde de aquello que le viene bien. Me indigna que si en Venezuela una persona se presenta a las elecciones y las gana, sea para “perpetuarse en el poder”, mientras que si aquí en España hemos tenido durante décadas a Fraga o a Chaves perpetuados en Galicia y Andalucía seamos los campeones de la democracia. Me indigna la doble moral con la que se miden ciertas situaciones. Me indigna que si unas elecciones en Venezuela sean limpias para los observadores internacionales, Moisés quiera ponerlo en duda, solo porque no le gusta los resultados que hay. Me indigna que no se pongan en duda las elecciones siempre que ganen ciertos candidatos prooccidentales, pero que cuando ganen los candidatos que no nos gustan a los occidentales, las elecciones hayan tenido que estar amañadas.



Enfin....ojalá la publiquen...aunque apenas sea nada, porque han quedado muchas tonterías dichas sin contestar por este ¿periodista? ¿escritor? ná, no se a qué se dedica, pero desde luego es un manipulador de mucho cuidado.

Italia da cada vez más miedito...

Berlusconi ata de pies y manos a los jueces y periodistas italianos
Una nueva ley restringe el uso y la publicación de escuchas telefónicas



La ultraderecha italiana, lista para patrullar las calles
Las patrullas callejeras están formadas por voluntarios ultras con ropa paramilitar dispuestos a "salvaguardar la integridad nacional



El saludo fascista de la ministra de Turismo de Berlusconi
Un vídeo muestra cómo Michela Vittoria Bambrilla alza el brazo durante unos segundos, en un gesto propio del saludo fascista



Son tres noticias de los últimos cinco días solamente, pero que evocan señales cada vez más claras de la dirección protofascista que día a día está llevando a Italia hacia un fascismo encubierto y legitimado por unas elecciones "libres y democráticas".

Hay que pararse un momento y reflexionar sobre qué carajos está pasando en Italia.

Primero, ¿cómo narices sigue apoyando el pueblo italiano a este sinvergüenza? Ya señalaba hace unos días con unos videos, que quizás son fakes, o igual no, quien sabe, la personalidad de "Il Cavaliere" (por no hablar de los escándalos destapados por El Pais). ¿Como es que este hombre se sigue presentando y gana unas elecciones? ¿Será acaso por el control que Berlusconi ejerce sobre los medios de comunicación italianos? ¿o que los italianos vuelven a recuperar día a día las ideas fascistas?.

Sin duda lo que hay que reconocer es el fracaso de los partidos y formas de gobernar tradicionales. Ni la vieja derecha liberal democristiana ni el centro izquierda de Prodi han sabido construir un modelo de país y una sociedad en la que los italianos se sintieran integrados y contentos con su clase política. Italia ha sido además el país más inestable políticamente desde la IIGM, teniendo que estar haciendo y deshaciendo gobiernos y acudiendo continuamente a las elecciones.

Ante el descontento generalizado, no ha sido la izquierda quien ha capitalizado el descontento, en un país en que años atrás llegó a tener un Partido Comunista como fuerza hegemónica de izquierdas, que rivalizaba con el PC francés como partidos comunistas más grandes como fuerzas opositoras en los países occidentales (aunque todo hay que decirlo, fueran Partidos Comunsitas "eurocomunistas"). Hoy en día, el antaño todopoderoso PCI se encuentra desgranado en muchas fuerzas, tanto comunistas como socialdemócratas o verdes. Ante la desunión de los partidos de izquierda, ha sido la extrema derecha, muy bien organizada en torno a la Liga del Norte como fuerza más derechizada, la que está rentabilizando todo el voto de los descontentos.

¿Cuál es el futuro que puede esperar a Italia? Obviamente este solo pertenece a los italianos, pero miedo tengo a una profundización del fascismo en Italia. ¿Volveremos a las peores épocas del pasado? Y lo peor de todo...¿sucederá esto igual en otros países? Desde luego que las últimas elecciones europeas han demostrado que, aparte de la caída libre del centro izquierda, la extrema derecha está en auge en estos tiempos de crisis y descontento social.

Toca hoy más que nunca estar alerta y no permitir un auge mayor de la extrema derecha.



EDITO: se me olvidaba!! Una frase que me enseñó un colega...no se de quien es originalmente, pero me pareció genial, jejeje: "El fascismo es como un bikini. No entiendo como puede sostenerse, pero sólo quiero que se caiga"

"Plan Bolonia", las principales razones son más charlatanería que realidad

Los pasados 22 y 23 de Mayo estuve en Tomelloso, en Ciudad Real, en un festival que organizaba allí Izquierda Unida, bajo el título de "Revolución sonora". Estaba allí como invitado para la mesa redonda que se celebró el día 23 por la mañana sobre el Plan Bolonia.

Participabamos tres ponentes en contra de Bolonia, porque quien tenía que haber venido a defender el sí a bolonia, no apareció. Yo estaba allí en nombre de la Juventud Comunista. Nada nuevo, una charla y debate más de los muchos que se habrán dado en toda España.

Por lo que escribo estas líneas es porque al terminar el acto se me acercó un periodista, de la revista "Pasos", una publicación independiente de la comarca de Tomelloso, y me pidió que le escribiera un artículo de opinión personal sobre el Plan Bolonia. Dicho y hecho, se lo envié un par de días después. No creía yo que la cosa fuera a ir a más, pero sorprendentemente me lo publicaron de forma íntegra, junto a la reseña del festival.

Aqui un escaneo de mi artículo y aquí otro de la noticia del festival.

Para vuestra comodidad, os corto&pego el artículo aquí para que sea de más sencilla lectura.


Este año que termina es el penúltimo año de plazo que supuestamente tienen las universidades españolas para adaptarse al conocido como el “Plan Bolonia”, el cuál dicen que busca principalmente una mayor movilidad para los estudiantes por toda Europa y una homologación de títulos universitarios en toda Europa, de forma que las titulaciones tuvieran validez en todo el mercado europeo, así cómo una reforma de los títulos universitarios para que los estudiantes tuvieran más fácil su inserción en el mercado laboral (empleabilidad). Para el curso 2010/2011 todas las carreras que ofertarán en las universidades deberían ser de acuerdo al nuevo plan de estudios. Pese a que el Plan Bolonia nace y tiene un recorrido de muchos años – nace en 1998 a raíz de la Declaración de La Sorbona – no ha sido hasta estos últimos años que ha empezado a trascender cierta información a la sociedad, aunque también se ha visibilizado mucho malestar que se ha generado entre los estudiantes.

Pero ante semejantes “buenas intenciones”, ¿Por qué existe tanto rechazo al Plan Bolonia? ¿Por qué los estudiantes de las universidades públicas de Barcelona, Lleida, Gerona, Zaragoza o la Complutense de Madrid han votado masivamente (entre 85% y 92% de votos emitidos) contra esta reforma en las consultas electorales y referendums (no vinculantes) que se han hecho en sus universidades y reclaman su paralización y una moratoria en su aplicación? ¿Por qué La Voz de Galicia (27/03/09) hacía pública una encuesta en la que se indicaban que un 27,2% de los españoles estaban en contra del Plan Bolonia, frente a un sólo 13,9% que lo respaldaba? (el resto respondió No sabe/No contesta) ¿Por qué son miles los estudiantes que se han encerrado en las facultades de las universidades? ¿Por qué el Plan Bolonia ha generado en su contra uno de los movimientos sociales juveniles más amplios desde el movimiento por una vivienda digna?

El problema es que las principales razones que el Ministerio y el Gobierno esgrimen a la hora de defender el Plan Bolonia son más charlatanería que realidad. Lo que realmente permite una movilidad de los estudiantes son las becas – a fin de cuentas a muy pocos les sobra el dinero para vivir un año en Francia estudiando viviendo de sus ahorros – y el Gobierno no ha aumentado la partida de becas lo suficiente, además de que el Pacto de Estabilidad de la UE nos prohíbe aumentar mucho el gasto público, por lo que no va a ver una movilidad de estudiantes más grande que la que hay ahora, pues los estudiantes que se lo van a poder permitir son los mismos que ahora y que ya se van de Erasmus. En cuánto a la homologación de títulos, mientras que en Europa los grados serán de 3 años de duración, en España serán de 4 años, un ejemplo del gran interés que el Gobierno ha tenido en este proyecto. Pero por poner otro ejemplo, en Francia se oponen a homologar sus Escuelas Superiores...¿Por qué será? ¿Habrá entonces una homologación real?

Así, nos queda un concepto fundamentale: la empleabilidad, además del trasfondo que intenta ocultar el discurso oficial: la mercantilización de la educación universitaria. El echo de hacer una reforma universitaria con el fin de dar a los estudios universitarios solo el enfoque de la salida laboral que van a tener, desprestigia todo el espíritu crítico propio de lo que debería envolver a la universidad. Se busca una progresiva eliminación de estudios apenas rentables para la “sociedad”, como filosofía, filologías, y otras carreras, generalmente de humanidades, pero “sociedad” entendida como “mercado laboral”, como hace el Informe Bricall del año 2000, eliminación que se hará a través del filtro que a partir de ahora será la ANECA, quien, cada seis años, tendrá que valorar qué carreras son las que “están adaptadas a la sociedad” (recordemos: sociedad entendida como mercado laboral). Acaso antes las titulaciones valían porque la comunidad académica decía que eran necesarias. Ahora será el mercado laboral quien decidirá. Pero tampoco es que se vayan a potenciar otras carreras, porque el problema es que, para quienes impulsan el Plan Bolonia, y no solo me refiero al Gobierno, sino también a la patronal y otros sectores de la élite económica, sobran estudiantes. Por eso se van a devaluar los conocimientos de los estudios fácilmente accesible – grados – mientras que se crean estudios verdaderamente de especialización que son los posgrados, pero con un precio desorbitado e inaccesible para la mayoría de familias de este país. Así, el otro trasfondo de Bolonia es la elitización de la universidad. Los recortes de gasto público, incompatible con todos los fondos que se necesitan para adaptarse a Bolonia, se compensarán con el aumento de las tasas, tasas que servirán para financiar esta universidad menos masificada, más elitizada con estudiantes de familias ricas, mercantilizada y de formación de trabajadores precarios especializados con nulo o menor espíritu crítico.



Para mí, tan joven, la verdad es que ha sido una grata sorpresa el que me hayan publicado un artículo en una revista, aunque sea modesta y no tenga mucha difusión fuera de la comarca de Tomelloso, pero de todas formas, algo es algo.

¿Matan las escuelas la creatividad?

Vean y obtengan una conclusión.


Desde luego que hace reflexionar la forma de organizarse las escuelas hoy en día...

El verdugo está de pie ante la puerta

Seguid, pues, luchando con valentía, nobles caballeros del capital. De momento, nos hacéis falta, incluso necesitamos de vez en cuando barrer de nuestro camino los restos de la Edad Media y a la monarquía absoluta, tenéis que destruir el patriarcalismo, tenéis que centralizar, tenéis que convertir a todas las clases más o menos poseedoreas en verdaderos proletarios, en reclutas nuestros, tenéis que procurarnos, con vuestras fábricas y lazos comerciales, la base de medio materiales que el proletariado necesita para su liberación. Como premio dominaréis durante un breve período. Tenéis que dictar leyes, tenéis que gozar al resplandeciente sol de la majestad que habéis creado, tenéis que celebrar banquetes en la sala regia y pedir la mano de la hija del rey, pero no lo olvidéis, "El verdugo está de pie ante la puerta"


F.Engels, de su artículo de enero de 1848: "Los movimientos de 1847"


Me ha parecido bastante atractiva esta cita en cuanto la he leído hoy. Me la he encontrado en un texto de Pedro Ribas sobre el Manifiesto Comunista. Pero la razón por la que lo rescato no es para hablar del Manifiesto del Partido Comunista de Marx.

Lo hago especialmente por ese final de la cita...pero no lo olvidéis, "el verdugo está de pie ante la puerta". El fragmento es más extenso, y Engels está hablando sobre el papel de la burguesía como clase revolucionaria que derroca al absolutismo y el feudalismo, y luego señala que aunque detente el poder durante un tiempo, al final será derrocada por el proletariado. Hay que entender en el contexto de la época este fragmento, y es que por aquél momento estaba Europa muy revolucionada y Marx y Engels eran bastante optimistas sobre el futuro inmediato de una revolución proletaria, al menos en los países más industrializados. Lamentablemente, esas optimistas palabras de Engels, que hablan de que "como premio dominaréis durante un breve periodo de tiempo" no fueron ciertas, y ese breve se está convirtiendo en un muy largo período.

Pero lo que me ha parecido lo más interesante, como decía, es ese final. "El verdugo está de pie en la puerta", recordando que el proletariado sigue estando ahí, como clase oprimida, que está a la espera de revelarse contra sus explotadores. Y he ahí la vigencia de esta cita hoy en día. Seguimos siendo la clase oprimida, los que formamos la mayoría de la sociedad, la clase trabajadora, los que podemos coger la sartén por el mango y tomar las riendas. La clase opresora, esa oligarquía, comprende perfectamente que el día en que el resto se de cuenta de la situación en la que está, nada tendrán que hacer.

Asique no olvidéis, amigos y amigas, recordemos hoy, como hacía Engels en 1847, que el verdugo sigue de pie en la puerta, esperando, para entrar algun día y poner fin a esta barbarie que llaman capitalismo.

Pero nadie dirá nada.



Obama aterriza en Riad para acercar lazos con el mundo musulmán. En Arabia Saudí, Obama se reunirá con el rey Abdalá para conversar sobre las negociaciones por la paz en Medio Oriente.

Resulta que Arabia Saudí vive bajo una dictadura de su monarca Abdalá. Resulta que Arabia Saudí ha sido denunciada por Aministía Internacional por su continua violación de los Derechos Humanos (especialmente en el trato hacia las mujeres). Resulta que en las cárceles de Arabia Saudí se hacinan miles de presos políticos. Resulta que en Arabia Saudí son ejecutados por pena de muerte decenas de personas, incluidos niños y mujeres.

Pero también resulta que Arabia Saudí no sufre ningun bloqueo económico. Pero también resulta que Arabia Saudí actúa no solo con total impunidad, sino con el beneplácito de los Estados Unidos, quienes no solo les compran petróleo, sino también les venden armas. Pero resulta también que en Occidente no se escucha ninguna voz de alarma, sorpresa o indignación cuando Obama visita a este país, ni aquí en España cuando el Rey visita a su colega Abdalá y recibe un trato preferencial.

Resulta también que hay muchos hipócritas, que hoy callan, cuando ayer ladraban cuando Moratinos visitó Cuba. Y si aquí se quejaron de Moratinos, en la comunidad cubana de Florida, no digamos ya si se hicieron eco de la noticia...

Pero nadie dirá nada...

Bueno, yo si: HIPÓCRITAS